martes, 22 de enero de 2019

Ultimátum de Austria-Hungría, de 23 de julio de 1914

Una vez tanteado el apoyo del kaiser, Guillermo II, y con un cheque en blanco bajo el brazo, las condiciones impuestas por el Imperio Austro-Húngaro a Serbia por los atentados de Sarajevo resultarían del todo irrealizables. Estos son los puntos a los que se debe comprometer Serbia:

  1. a suprimir toda publicación que excite al odio y al desprecio de la Monarquía [...] 
  2. a disolver inmediatamente la sociedad llamada «Narodna Odbrana» (Mano Negra) y a confiscar todos sus medios de propaganda [...] 
  3. a eliminar sin demora de la instrucción pública en Serbia [...] todo lo que sirva o pueda servir a fomentar la propaganda contra Austria-Hungría; 
  4. a separar del servicio militar y de la administración a todos los oficiales y funcionarios culpables de la propaganda contra la Monarquía austro-húngara, de los cuales el gobierno imperial y real se reserva el comunicar los nombres y los hechos al gobierno real; 
  5. a aceptar la colaboración en Serbia de los órganos del gobierno imperial y real en la supresión del movimiento subversivo dirigido contra la integridad territorial de la Monarquía; Este punto será imposible de cumplir sin perder parte de su soberanía...
  6. a abrir una encuesta judicial contra los participantes en el complot del 28 de junio que se encuentran en territorio servio. Los órganos delegados por el gobierno imperial y real tomarán parte en las investigaciones correspondientes; Este punto no se cumplirá por contradecir a la Constitución y a la Ley sobre procedimiento criminal...
  7. a proceder con urgencia al arresto del comandante Voislav Tankositch y de Milan Ciganovitch, empleados del Estado servio, comprometidos, según los resultados de la instrucción, en Sarajevo; 
  8. a impedir el concurso de las autoridades servias en el tráfico ilegal de armas y de explosivos a través de la frontera; 
  9. a dar al gobierno imperial y real explicaciones sobre los propósitos injustificables de los altos funcionarios servios que no han dudado después del atentado del 28 de junio, en expresarse de una manera hostil hacia la Monarquía austro-húngara [...] 
  10. a advertir, sin demora, al gobierno imperial y real de la ejecución de las medidas comprendidas en los puntos precedentes. 
El gobierno imperial y real espera la respuesta del gobierno real lo más tarde hasta el sábado, 25 de este mes, a las cinco horas de la tarde. La siguiente imagen es la de la declaración de guerra:


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